Desde siempre, en nuestros pueblos se han recitado poemas o canciones tradicionales
que se han transmitido de forma oral de generación en generación. En contraposición
a la cultura oficial siempre ha existido una cultura popular que ha trasmitido unos
valores y enseñanzas fundamentales.
Aquí os dejamos algunas aportaciones de nuestros alumnos:
Mi linda Muñeca
Como mi linda muñeca
tiene un poquito de tos,
yo que enseguida me aflijo
Hice llamar al doctor.
La muñeca pálida,
yo temblaba de emoción.
ya poniéndole el termómetro
ya mirándose al reloj,
al fin el médico dice
bajando un poco la voz: - “Esta tos se cura
con un caramelo o dos”.
La nana del coco
Duérmete, mi niño,
que viene el coco
y se lleva a los niños
que duermen poco.
El gato Serafín
Tengo un gato
blanco, rubio tan monín
con el cuello así de gordo,
se llamaba Serafín.
- ¿De qué os reís?
¿Es que un gato
no puede llamarse así?
Es un nombre muy bonito
y estaba puesto por mí,
casi siempre se dormía
enroscado en un sillón
y al mirarlo desde lejos
parecía un almohadón.
Entra un día de visita
una amiga de mamá
tan cortísima de vista
que no veía ya “na”.
Era gorda, muy gorda,
tan gorda como un balón,
con la cara verde, Dios mío,
parecía un salchichón.
Entra la vieja a la casa
con las lentes sin poner
y en el sillón de mi gato,
plaf, se dejó caer.
Siempre que lo cuento lloro
ya no puedo seguir más,
se aplastó mi pobre gato
por delante y por detrás.
Se quedó como una torta
tan chiquito, tan monín,
¡vaya con la vieja!,
pobrecito Serafín
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